U. E. Colegio Los Pirineos Don Bosco

Hoy, la Tierra no es solo un planeta, es hogar, es madre, es refugio. Es ese suspiro de aire puro en la mañana, el canto de un ave entre ramas, el río que corre contando historias de vida.

Cada 22 de abril, el mundo entero se detiene un instante para recordarla, para mirarla con otros ojos, esos ojos que a veces se olvidan del milagro de estar vivos sobre ella. Pero la Tierra no necesita grandes monumentos, ni discursos vacíos. Necesita nuestras acciones. Necesita nuestra conciencia despierta .

La tierra hoy nos pide respeto cuando elegimos consumir responsablemente. Nos pide cuidado cuando decidimos plantar en lugar de talar. Nos pide amor cuando reciclamos, cuando enseñamos a otros, cuando miramos un paisaje y entendemos que es un tesoro, no un recurso infinito.

Porque no hay otro planeta, porque nuestros hijos y nietos heredarán lo que hoy sembramos: puede ser un mundo lleno de vida o un recuerdo de lo que pudo haber sido.

Este Día de la Tierra no es solo una celebración. Es un compromiso. Es una promesa. De escuchar su voz silenciosa, de caminar más livianos, de ser parte de la solución, no del problema.

Que florezca en nosotros el amor por este planeta azul y que cuidarlo no sea una obligación sino un acto de gratitud.