U. E. Colegio Los Pirineos Don Bosco

Biografía del Sr. Renato Marcuzzi Marcuzzi

Les voy a relatar de una manera resumida e informal, la vida de una increíble persona, a quien se le conoce con el nombre de Renato Marcuzzi Marcuzzi, mi padre, a la cual entenderán a medida que se la muestre, porque puede catalogarse de extraordinaria o como mínimo de muy  peculiar. Renato Marcuzzi Marcuzzi nace en Italia en el año 1928, esto quiere decir, para quienes no hacen cuentas rapidito, que hoy día tiene 85 añitos cumpliditos desde el 12 de septiembre, una edad ya bastante avanzada.

El pueblo  donde nació se llama Pielungo, ésto es importante puesto que creemos que el hecho de haber nacido en un alejado y muy chiquito pueblo de alta montaña en la zona norte de Italia, explica la mentalidad y el actuar de toda su vida. El villorrio es muy pequeño pero bellísimo; muy pobre, pero con un puñado de pobladores súper entrenados en la responsabilidad laboral y en la fraternidad comunitaria y es en este ambiente donde comienza a delinear su actuar: Enfoque directo al trabajo y al esfuerzo duro y propio, responsabilidad extraordinaria para con toda la gente que lo rodea, sea familia o no y en cualquier asunto: social y/o empresarial.

Pero es el final de la guerra, segunda guerra mundial, y no hay sino desolación y miseria, por lo tanto a salir de allí.  Primero viaja a un lugar llamado Ventimiglia, cerca de la ciudad costera de Génova, en donde se ocupa de aprender el oficio de albañil y conocer el mundo de los materiales de construcción, técnicas de acabados, manejo de cuadrillas y desarrolla el entrenamiento físico adecuado para levantar obras con sus manos y destreza corporal.

El asunto fue muy beneficioso, puesto que en ese entorno entiende perfectamente la mentalidad de los humanos decididos a enfrascarse de alma y cuerpo a la pasión de construcción;  construir cualquier cosa, llámese vivienda, puente, galería, vía, canal, etc., organizándose y aportando sudor y tenacidad, seguramente al mejor estilo de los antiguos romanos, que ya sabemos hasta donde llegaron en esa área de la arquitectura y el desarrollo urbano.

Ya en el pueblo, a causa de la falta de fuentes de trabajo y la miseria reinante, muchos se habían marchado a otros sitios lejanos, países vecinos como Austria, Suiza, Alemania, Francia;  pero con pocas posibilidades de progreso en estos países, al ser éstos también países aniquilados por la conflagración bélica que tanto daño hizo. Pero a alguien se le ocurrió:¡ Vamos a América!

Y así fue. Un tío de él, de nombre Doménico, abre caminos en Venezuela, – “¡Oh! … ¿Dónde diablos queda eso?” –  Nada, para allá se va y comienza a trabajar. Es la época de Pérez Jiménez, en Caracas: Estadio Universitario, edificios en Altamira, autopista caracas-la guaira, etc. Obrero, albañil, jefe de cuadrilla, jefe de jefes de cuadrilla, aprender el idioma, entender el entorno, hasta que aparece una oportunidad de ir a trabajar tierra adentro, en un sitio llamado Santa Cruz de Mora, en el Estado Mérida, un grupo escolar.

Era para construirlo y regresar, pero en San Cristóbal, capital del Estado Táchira, alguien también quiere hacer un edificio, el Doña Lina, en la calle 4 con carrera 6, y entonces comienza una maravillosa aventura, tanto para él como para esa ciudad; es una simbiosis entre ambos que les va a unir para siempre.

¿Por qué lo digo así?   Sólo imagínense que una persona se dedica de lleno, de sol a sol, con tesón, alegría, inteligencia, don de gentes y suerte, a construir, construir, construir, claro me refiero en el ámbito de la construcción, todo lo que se puedan imaginar: Casas de todos los tipos y tamaños, edificios de todos los tipos y tamaños, locales, galpones, escuelas, ambulatorios, vías, obras hidráulica, urbanismos, instalaciones industriales, iconos emblemáticos de ciudades, remodelaciones, desarrollos habitacionales, y otros que se me escapan, y al mismo tiempo crear  e instaurar, claro interesadamente, como cabeza o como coadyuvante de otros socios, empresas tales como: Carpintería Industrial, Carpintería Metalúrgica, Distribuidora de Materiales, Arrendadora de Materiales, Premezclado, Picadora, Concretera, Transporte, Inmobiliaria y Educación.

Imagínense qué juego tan maravilloso montó y promovió tanto para él, como para nosotros, sus hijos, sus parientes mas cercanos, su consorte, sus amigos, sus clientes, sus colaboradores y todos los que se beneficiaron emocional y materialmente de esta enorme cantidad de cosas que se produjeron a lo largo de su existencia.

En este punto, sólo podría decirse: ¡Qué lástima que faltó más tiempo para seguir jugando y ver, seguramente, cristalizados quién sabe cuántas docenas y docenas de miles de ideas para  toda la gente y para toda la ciudad y el país.

¿Quieren ver las listas de todo lo que construyó?  En los archivos de la Oficina de la Constructora COMARCA hay más de 15 páginas en las que se registran las obras más importantes construidas por todo el país durante estos largos años. Para hacerse una idea de la envergadura de las mismas y su importancia arquitectónica y urbanística cito las siguientes: Construcción Av. Carabobo, Centro Cívico de San Cristóbal, Autopista San Cristóbal  La Fria, Autopista Petare Guarenas, Autopista Puerto Ordaz Bolívar, Dique base ampliación Represa del Guri, Colegios Don Bosco, Juan de Maldonado – ahora sede de la UNEFA – Metropolitano, Sedes Administrativas de la UNET, Segunda Etapa Acueducto Regional del Táchira…y un número importante de urbanizaciones populares y de clase media en los Estados Mérida y Táchira. 

Ahora voy a hablar de nosotros, sus hijos, porque dirán: ¿Qué hicieron mientras tanto?  La respuesta es muy sencilla : jugaron con él  juntos todos estos años, acompañándolo en las increíbles modalidades, variaciones del juego, gozando un puyero con todo eso, haciendo de colaboradores, asistentes, acompañantes, co-creadores de estrategias y jugadas; y no nos olvidemos que, como en todo juego, hay que vencer dificultades, obstáculos, imprevistos, periodos de mala suerte que  dirían los pavosos, etc.

A veces estos benditos juegos fueron duros y fatigantes, y a veces, sólo muy pocas, hubo verdaderas palizas, huesos rotos y narices que sangraban y orgullos hechos añicos, pero esta vivencia fue la que sembró en nuestra sangre la maravillosa adicción, hasta el sol de hoy, en donde mi persona, John Renato alias Nani, Marielena y Patricia, estamos continuando la idea originaria y ¡Cómo será la broma! que aprendimos también nosotros a imaginarnos tantas cosas y a ponerlas en movimiento de manera  que en este momento seguimos igual: Jugando y armando los nuevos juegos que deleitarán a nuestro padre y a las personas que siempre nos acompañaron y acompañan, jugando con nosotros y sintiendo que valió la pena estar allí como protagonistas de sueños realizados.

Me parece que no me salió una biografía con muchos datos numéricos, nombres y anécdotas; me salió una descripción general de toda esta gran aventura, en la que Papá todavía habla de lo que hay que hacer, cómo se puede hacer y que el quiere ver; por lo que estamos todos nosotros: sus hijos, mi mama, su familia, comprometidos en seguir fervientemente la línea, y estamos siempre jugando para construir y lograr materializar sueños, ideas, y al mismo tiempo pasarla muy bien, disfrutando y aprendiendo, jugada tras jugada, con la esperanza, bastante próxima de concretarse, que también nuestros hijos se incorporen al viaje infinito de los sueños que mi Papá comenzó un día ya lejano partiendo de la madre Italia.

El Sr. Renato Marcuzzi parte al encuentro con Dios el 22 de Junio del año 2015.